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No te desanimes.

 

Todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Tú también has tropezado. Tú también has pedido ayuda. Tú también la has recibido.

Algunos dejan de escalar. Algunos simplemente se sientan. Siguen cerca del sendero, pero no lo transitan. No han abandonado el viaje, pero tampoco lo han continuado. No se han retirado y sin embargo no se han decidido. Simplemente han dejado de caminar. Algunos se quedan años sentados en el mismo sitio; no experimentan cambios. Las oraciones no se profundizan. La devoción no se incrementa. La pasión no aumenta.

Créeme, vale la pena seguir en movimiento. Falta poco para que llegue el día en que el mudo cantara. El pobre se dará un banquete. Las heridas sanaran. Donde Dios hará todo nuevo. Nueva esperanza. Nuevo amor. Nueva fe. Valdrá la pena. Ningún precio es demasiado elevado. Si debes pagar un precio, ¡págalo! Ningún sacrificio es demasiado grande. Si es necesario que dejes equipaje en el camino, ¡déjalo! Ninguna pérdida será comparable. Cueste lo que cueste, hazlo. Por todos los cielos, hazlo. Valdrá la pena.

Dios te bendiga.

Enriquecedora historia sobre la actitud positiva.

 

Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.

Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.

La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo:

- “Querida, ¿qué ves?”

-”Zanahorias, huevos y café” fue su respuesta.

La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó:

“¿Qué significa esto, padre?”

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: Agua Hirviendo. Pero no todos habían reaccionado con Actitud Positiva. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.

“- ¿Cuál eres tú?”, le preguntó a su hija. “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?

¿O eres como un grano de café? El café con su Actitud Positiva, cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, afrontas los cambios y adversidades con Actitud Positiva. Cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

 

Moraleja sobre la Actitud Positiva

Cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. Esta es la verdadera Actitud Positiva.

Dios tiene un nombre nuevo para ti. 

 

El nombre que siempre has escuchado no será el que El use. Cuando Dios dice que harán nuevas todas las cosas, lo dice de verdad. Tendrás un nuevo hogar, un nuevo cuerpo, una nueva vida y un nombre nuevo.

"Al que venciere, daré a comer del mana escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe" Apocalipsis 2:17.

Al parecer tu futuro es tan promisorio que amerita un nuevo título. El camino por delante es tan brillante que se torna necesario un nombre nuevo. Tu eternidad es tan especial que ningún nombre común servirá. Así que Dios tiene reservado uno para ti.

 

Dios te bendiga.

"Él Siempre Tiene las Respuestas"

 

Usted dice: "Es imposible"

Dios dice: Todo es posible. (Lucas 18:27)

Usted dice: "Estoy muy cansado."

Dios dice: Yo te haré descansar. (Mateo 11:28-30)

Usted dice: "Nadie me ama en verdad."

Dios dice: Yo te amo. (Juan 3:16 y Juan 13:34)

Usted dice: "No puedo seguir."

Dios dice: Mi gracia es suficiente. (II Corintios 12:9 y Salmos 91: 15)

Usted dice: "No puedo resolver las cosas."

Dios dice: Yo dirijo tus pasos. (Proverbios 3:5-6)

Usted dice: "Yo no lo puedo hacer."

Dios dice: Todo lo puedes hacer. (Filipenses 4:13)

Usted dice: "Yo no soy capaz."

Dios dice: Yo soy capaz. (II Corintios 9:8)

Usted dice: "No vale la pena."

Dios dice: Si valdrá la pena. (Romanos 8:28)

Usted dice: "No me puedo perdonar."

Dios dice: YO TE PERDONO. (I Juan 1:9 y Romanos 8:1)

Usted dice: "No lo puedo administrar."

Dios dice: Yo supliré todo lo que necesitas. (Filipenses 4:19)

Usted dice: "Tengo miedo."

Dios dice: No te he dado un espíritu de temor. (I Timoteo 1:7)

Usted dice: "Siempre estoy preocupado y frustrado."

Dios dice: Hecha tus cargas sobre mí. (I Pedro 5:7)

Usted dice: "No tengo suficiente fe."

Dios dice: Yo le he dado a todos una medida de fe. (Romanos 12:3)

Usted dice: "No soy suficientemente inteligente."

Dios dice: Yo te doy sabiduría. (I Corintios 1:30)

Usted dice: "Me siento muy solo."

Dios dice: Nunca te dejaré, ni te desampararé. (Hebreos 13:5)

¿PUEDO SER CRISTIANO.... sin unirme a una iglesia?

 

SI, es posible. Pero es como ser...

 

... un estudiante que no asiste a la escuela.

... un soldado que no se une al ejército.

... un vendedor que no tiene clientes.

... un explorador sin un campamento de base.

... un marinero en un barco sin tripulación.

... un comerciante en una isla desierta.

... un escritor sin lectores.

... un padre sin familia.

... un jugador sin equipo.

... una abeja sin colmena. 

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