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"Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración" Romanos 12:12.

 

¿Quieres saber cómo profundizar tu vida de oración? Ora. No te prepares para orar, simplemente ora. No leas acerca de la oración, simplemente ora. La postura, el tono, el sitio son asuntos personales. Elige la forma que te dé resultado. Pero no pienses demasiado. Que no te preocupe tanto la envoltura del regalo que nunca llegues a obsequiarlo. Es mejor orar con torpeza que nunca hacerlo. Y si sientes que solo debes orar cuando estés inspirado, está bien. Solo asegúrate de estarlo todos los días.

 

Dios te bendiga. 

Creceremos en todo en aquel que es la cabeza, es decir Cristo. Efesios 4:15 NVI.

 

Dejando a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez. (Hebreos 6:1 NVI.)

Desead como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación. (1a Pedro 2:2.)

Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. (2a Pedro 3:18.)

El crecimiento es el objetivo del cristiano. La madurez es un requisito. Si un niño dejase de desarrollarse, el padre se preocuparía, ¿verdad? Consultaría a los doctores. Se harían evaluaciones de laboratorio. Cuando se detiene el crecimiento de un niño, algo anda mal.

Cuando un cristiano deja de crecer, hace falta ayuda. Si eres el mismo cristiano que eras unos meses atrás, cuidado. Seria sabio de tu parte hacerte un chequeo. No se tu cuerpo, sino de tu corazón. No físico, sino espiritual.

 

Dios te bendiga.

"La vida humana nace del hombre, mientras que la vida espiritual nace del Espíritu" (Juan 3:6, NVI).

 

Medita en eso. ¡La vida espiritual nace del Espíritu! Tus padres pueden haberte dado tus genes, pero Dios te da Gracia.

Es posible que tus padres sean responsables de tu cuerpo, pero Dios se ha hecho cargo de tu alma.

Es posible que tu aspecto venga de tu madre, pero la eternidad viene de tu padre, tu padre celestial.

De paso, Él no está ciego ante tus problemas. Es más, Dios está dispuesto a darte lo que tu familia no te dio.

¿No tuviste un buen padre? El será tu padre.

Atraves de Dios eres un hijo; y, si eres un hijo, ciertamente eres también un heredero, (Gálatas 4:7.)

No tuviste un buen modelo? Prueba con Dios. (Efesios 5:1.)

¿Nunca tuviste un padre que te enjugara las lágrimas? Reconsidera. Dios ha visto cada una de ellas, (Salmos 56:8.)

 

Dios te bendiga

"Y yo rogaré al padre, y os dará otro consolador, para que este con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque Mora con vosotros, y estará en vosotros" Juan 14:16-17.

 

Nota el lugar de morada de Dios: "en vosotros".

No cerca de nosotros. No arriba de nosotros. No alrededor de nosotros. Sino en nosotros. En la parte nuestra que ni siquiera conocemos. En el corazón que ningún otro ha visto. En los recovecos ocultos de nuestro ser mora, no un ángel, no una filosofía, no un genio, sino Dios.

Imagina eso.

Tal vez no lo sabias. Quizás no sabías que Dios llegaría a tanto para asegurar tu llegada a casa.

 

Dios te bendiga.

Una Gracia sorprendente.

 

David el fisgón, convertido por Gracia en David el salmista.

Pedro el falso, el mentiroso, convertido por Gracia en el gran apóstol Pedro.

Zaqueo  el ladrón, pero aun así Jesús disponía de tiempo para El.

Pareciera que Dios más bien busca la manera de lograr que lleguemos al hogar en lugar de buscar formas que impidan nuestra entrada.

Te desafío a encontrar un alma que se acercó a Dios buscando Gracia y no la encontró. Halla a una persona que vino buscando una segunda oportunidad y se alejó sin ella; busca, no lo hallaras.

Encontrarás una oveja que se ha alejado al otro lado del arroyo; está perdida, lo sabe, está trabada y avergonzada; ¿qué dirán las otras ovejas? ¿Qué dirá el pastor? Encontrarás un pastor que la halla. Las demás ovejas mueven sus cabezas sin poder creerlo. Del mismo modo que lo haremos nosotros, en nuestra fiesta, cuando lleguemos al hogar, cuando observemos como el pastor trae sobre sus hombros y coloca entre nosotros, un alma tras otra.

Me parece que Dios da mucha más Gracia de la que jamás pudiéramos imaginar.

Podríamos hacer lo mismo.

 

Si Dios me permite con mis debilidades y fallas, que lo llame Padre, ¿no debería dar la misma Gracia a otros?

Una cosa es segura. Cuando arribemos al cielo, nos sorprenderemos ante algunas personas que allí veremos; y algunos se sorprenderán cuando nos vean.

 

Dios te bendiga.

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