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Colosenses capítulo 3. "Si resucitasteis con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios.
Pensad en las cosas que son de arriba y no en las que son de la tierra. Pues moristeis, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, que es nuestra vida, se manifieste, entonces os manifestaréis con él en gloria”.
Esta es la aplicación práctica del señorío. “Moristeis”. – es necesario colocar a Cristo en su lugar. “fuisteis resucitados juntamente con Cristo” - no separados De él; no dejando algún espacio para el gobierno propio, para la dirección propia, para la auto-suficiencia. "Moristeis"; su propio señorío sobre su vida murió con usted. Todos los otros gobiernos de su vida murieron cuando usted murió. Usted murió para cualesquiera otras autoridades, para cualquiera otro gobernante; para cualquiera otro tipo de dirección, de gobierno, de señorío en principio; usted murió para todo, excepto para el señorío de Cristo; y en la resurrección, usted resucitó con Cristo. “Juntamente con Cristo”; y ahora, en la resurrección, es Cristo quién es la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia.
Él está en el trono.
Y esta es la posición de la Iglesia, y la Iglesia en cada aspecto tiene que ser traída a esta posición donde toda dirección, todo gobierno, todas las decisiones, son tomadas a partir de la Cabeza, todo hace referencia a la Cabeza, la vida como un todo tiene que estar sumisa a la Cabeza. No puede haber deseo propio, ni elección propia, ni dirección propia, nada que venga de otro comando. No hay división en la mente de Dios. Así, todo ahora tiene que ser transferido hacia la Cabeza, y tomado a partir de la Cabeza, para que haya cualquier crecimiento espiritual.
Es práctico. "Moristeis”. "Resucitasteis"; "Cristo que es nuestra vida”. Esas son afirmaciones de hecho, extremas y absolutas. Por eso, "buscad las cosas de arriba"; por eso "haz morir vuestros miembros que están sobre la tierra... pues ya os despojaste del viejo hombre, y os revestisteis del nuevo”. Col. 3:5-10. Usted ve las cosas que deben ser colocadas de lado, porque usted se vistió del nuevo hombre. Es una nueva posición con un nuevo gobierno en todas las áreas, y una completa sumisión a Él en todas las cosas. Esta es la manera de progresar en la plenitud para la cual fuimos traídos posicionalmente.
Entienda esto, usted y yo ahora en Cristo, somos diferentes al resto de la gente. Somos la iglesia, el cuerpo de Cristo. Y Cristo es nuestra cabeza que nos gobierna.
Dios te bendiga.
La ofensa de la cruz es que no hay nada de que gloriarse en la carne.
Toda glorificación en la carne, incluso de forma religiosa, es removida por la cruz. Hay una vida religiosa terrenal que quiere hacer del cristianismo algo de aquí, visto y sentido. Es una ‘iglesia terrenal’.
Solamente el Valor Espiritual Cuenta para Dios Así, aquí, cuando llegamos a la posición de Efesios, somos inmediatamente presentados a la preeminencia de valores espirituales. Es esto lo que significa ‘en los lugares celestiales’ - como las cosas son vista de encima; no lo que ellas parecen ser del punto de vista terreno, no como nosotros las medimos y las pesamos aquí abajo, en la tierra, pero como ellas son del punto de vista del cielo, como el Señor elevado en las alturas las ve. Valor espiritual; no números, no lo que los hombres llaman éxito, no todas esas cosas que son de mucha importancia para las personas aquí, pero sólo aquello que tiene valor para Dios; y es decir valor espiritual.
"Nos ha bendecido con toda suerte de bendiciones espirituales”, o, más propiamente y literalmente, “todas las bendiciones del Espíritu”. Ahora aquí, esta realidad es traída llanamente a la vista, donde el espiritual importa más que cualquiera otra cosa. Así, si quisiéramos crecimiento espiritual, si realmente estuviéramos yendo hacia esta plenitud mayor, tendremos que abandonar esos patrones terrenales, y juicios e intereses, y llegar a la posición donde, a fin de cuentas, nada más importa que el valor espiritual. Hasta qué punto una cosa tiene valor a los ojos del Señor? Podemos tomar como cierto de que solamente el valor espiritual importa para Dios.
Cristo está en el cielo.
Debemos conocerlo ahora sólo de una forma espiritual, y no más según la carne. No Lo conocemos como los hombres se conocen unos a los otros en la tierra. Él verdaderamente dijo: “El mundo ya no me verá, pero vosotros me veréis" (Juan 14:19). Para el momento, esto levantó una cuestión para los discípulos: ellos no podían entenderlo. Ellos dijeron: “Señor, de donde viene que te has de manifestar a nosotros, y no al mundo?” Ellos entendieron esto más tarde perfectamente. Cristo solamente puede ser verdaderamente conocido ahora solamente de forma espiritual; Él está en el cielo. Así, aquí nuevamente la gran frase es “en los lugares celestiales en Cristo”; es decir, el gran valor espiritual es Cristo conocido en una forma espiritual. Crecimiento es una cuestión de conocimiento de Cristo. “Y conoceréis la verdad y la verdad os liberará”. (Juan 8:32).
“...todas las bendiciones espirituales en Cristo”.
Es decir, conocer a Cristo de forma espiritual es el camino del crecimiento espiritual; no hay otra forma en la cual podemos verdaderamente conocerlo. El toque terrenal, es severo. Este toque terrenal en la carta a los Corintios significa división - “Yo soy de Pablo, de Apolo, de Pedro”: partidos, círculos, sectarismos, dividiendo el Cuerpo. Este es el aspecto terrenal y el toque terrenal, y nosotros siempre entramos en esta área de que divisiones nos toquen unos a los otros en este nivel terrenal. En ‘Corintios’
y en ‘Gálatas’ es - Judío y Griego, siervo y libre, macho y hembra (Gal. 3:28).