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* Un príncipe de uno de los países más pequeños del mundo vivía preocupado por los problemas que agobian a su micro-estado, y se propuso que encontraría la solución para disminuirlos y mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos.

Cierto día, su hijo de cinco años, invadió la oficina real decidido a ayudarlo en su trabajo.

El príncipe tomó un mapa de su pequeña nación de una revista. Después con una tijera recorto el mapa en cien pedazos y junto con un rollo de cinta adhesiva, lo entrego al hijo, diciendo: Como a ti te gustan los rompecabezas, aquí te entrego a nuestro país todo roto y destrozado. Mira cómo puedes arreglarlo.

El príncipe calculo que al niño le llevaría días para arreglar el mapa hecho pedazos.

Una hora después, escuchó la voz de su hijo que le llamaba felizmente: ¡padre, padre, logre arreglar al país!

Entonces, el príncipe levantó sus ojos para ver el trabajo realizado por su hijo, y se asombró al ver que el mapa estaba completamente armando. Todos los pedazos habían sido colocados en sus sitios.

¿Cómo es posible que lo armara tan rápido?

¿Cómo el niño había sido capaz? - Se preguntaba el padre.

¿Cómo lo conseguiste?, - si tu no sabías como es el mapa del país - ¿Cómo lo lograste hijo?

El niño respondió: Padre, yo no sabía cómo era el país, pero cuando tu quitaste el papel de la revista para recortarlo y hacerlo pedazos, mire que del otro lado estaba la figura de un hombre. Cuando tú me diste el país para arreglarlo, yo intente pero no pude. Entonces me acorde del hombre y di vuelta a los pedazos y empecé a arreglar al hombre que yo sabía cómo era. Cuando termine de arreglar al hombre di vuelta a la hoja y encontré que también había arreglado al país.

 

MORALEJA: Para poder cambiar y mejorar a una ciudad, a un país o al mundo, primero hay que empezar arreglando al hombre, y que los hombres estén dispuestos a humillarse, someterse y a rendirse a los pies de Dios, y que dentro del hombre desaparezca el egoísmo, el orgullo, y la vana gloria, para que estén dispuestos a trabajar con igualdad, tolerancia y amor, sirviendo desinteresadamente en unidad, armonía y en paz.

RECETA PARA UN EXCELENTE AÑO NUEVO! 

 

Tome doce meses que estén bien maduros. Vea que estén limpios de amargos recuerdos, de odio y rencores.

Límpielos cuidadosamente de pegajosa malevolencia y quíteles cualquier mancha de mezquindad y pequeñez. Vea que en estos meses no quede nada del pasado y téngalos tan frescos y limpios como cuando salieron del GRAN ALMACEN DEL TIEMPO.

Corte esos meses en treinta partes iguales. Esa cantidad rinde trescientas sesenta y cinco porciones.

No trate de cocinarlo todo a la vez, prepárelo día a día de la siguiente manera:

Ponga en cada uno de ellos:

12 partes de Fe

11 partes de Paciencia

10 partes de Entusiasmo

9 partes de Trabajo (no omita este ingrediente o echará a Perder el gusto de su receta)

8 partes de Esperanza

7 partes de Fidelidad

6 partes de Libertad

5 partes de Amabilidad

4 partes de Descanso

3 partes de Oración

2 partes de Meditación

1 parte de Resolución Bien Seleccionada

Agregue: una cucharada de Espiritualidad, un poco de esparcimiento, un poquito de Simpleza y una taza bien limpia de Buen Humor, añada a todo esto Amor al gusto, mezcle con una buena dosis de energía. Aderécelo con Sonrisas y un poquito de júbilo…. después sírvalo con una salsa de Serenidad, Altruismo y Alegría.

¡Abrazos y felicidades! … Esta receta es de excelentes resultados en cualquier parte de la “Tierra”.

 

MORALEJA: Nosotros somos los arquitectos de nuestra propia felicidad.

* Salmo 86:12,13.

“Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón y glorificaré tu nombre para siempre. Porque grande es tu misericordia para conmigo”. 

* Salmo 109:105

“Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino”.

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